El ajeno realmente estaba envuelto en rojizos tonos pulzantes, se le notaba en la cara, en la entrepierna... en sus facciones de placer.
Su espalda era pintada con aquellos plumones carne, que sin tinta trazaban la tersura de su espalda en tonos sangre reprimida por la presión leve lujuriosa, nada salía luego de esos raspones.
Las campanillas cristáceas de la escultura lijada ajena soltaban tintineos que desembocaban en proseguir
—¿Detenerme...? Hah...—
Sostuvo la cintura por la parte más cercana y empujó hacia su estómago de la manera más fácil. Embistiendo de manera regular, llenándose de los aromas y suspiros que se deshacían, en el aire como globos de papel.
Estaba sudando denso, estaba presionando leve... Se escurría entre aquella cavidad flexible, como un globo, algo biscoso también.
Música clásica se reflejaba en los gemidos del otro, humo caliente salido de la tetera. Estaba maravillado con los movimientos que se ejercían pues era completamente diferente a lo que había visto alguna vez.
"Me dedico a ti todo lo que pueda..."
Aquellas últimas palabras tomaban forma de pelea o reproche, floreciéndole una sonrisa por lo cliché del asunto.
Meneando su mano entre aquel pedazo emocionado...
»¿Quieres que nos escuche Nii-san?«
—Adelante, que lo haga... ¿Sabes lo mucho que me importa? Haha...—
Levantó la cara hacia la pared, desenfocando a Ritsu. Su pene empezaba a tener más vigor, mariposeaba su estómago, el tacto de las piernas contrarias jugueteando por sus costados y las manos ajenas... Todo parecía una danza tan bien coordinada y tan excitado del asunto.
La última mensión de su nombre para terminar en un color neutral por todos lados, siguió meneándose unos momentos pensando que no terminaría él mismo hasta que...
—...—
Esa cara, se veía tan vulnerable, se veía agotado y extaciado.
—Mier-da...— Abrazó con frenética a Ritsu, sudor y palpitaciones por todos los extremos... Se vino y decayó en la cama, con cuidado.. No quería aplastar al otro.
—Hah... hah.... ahh...— Chocó respiraciones en la cara del contrario, con los ojos cerrados y las cejas como afligidas pero, se había sentido tan bien... Ya tenía el miembro fuera.
Abrió sus luceros con levedad, encontrándose en agujeros negros a bordes más claros... Una expresión ilustrada como "sorpresa". Qué lindo que se veía... Ya todo estaba hecho.
Teruki, le sonrió de manera cálida.
—¿Estás bien, Ritsu...?—
Aunque el ambiente se estaba cebando, respecto al estado que tenían anteriormente... Todo se volvía quedo y no era malo. Callada la oscuridad, ahora ruido ciudadano a lo lejos.
Se le quedó viendo unos minutos.
—N-no sé cómo pasó... no sé qué pensar... no sé... ¿Qué sientes, Ritsu? Deberías... dejarlo claro, es el momento...—
Calló para escucharlo, todo estaba por tener sentido.